domingo, 2 de marzo de 2008

Cuestión de enfoques

La paranoia de AMLO

El anuncio de las medidas para presionar al gobierno sobre la reforma energética para evitar –según él- la privatización de PEMEX ha rayado prácticamente en la locura de alguien que definitivamente ha perdido el piso y ya se siente que puede hacer y deshacer con el país a su antojo solo porque no le dieron la presidencia cuando “se la merecía”.
Hay quienes dicen que es la venganza de AMLO contra el pueblo por no haber votado por él y nombrarle un verdadero presidente y por ello tuvo que hacer su país de las maravillas.
La toma de carreteras, de los palacios legislativos de los estados e incluso los federales sería poner a México de cabeza porque quiere ser considerado como el “salvador” de los recursos naturales pero a muchos no les sorprende que haya hecho esas amenazas porque no sabe hacer otra cosa.
Cuando a AMLO algo no le parece, simplemente se va por la vía de la confrontación y de las amenazas y hay varios ejemplos.
Es decir, si no retiran la iniciativa de la reforma energética (que nadie conoce aún) habrá violencia (ya lo dijo en tono de amenaza).
Y aunque se enojen los perredistas, lo mejor que le pudo pasar a México fue que no llegara este personaje a la presidencia porque quien sabe qué cosas estarían pasando en el país además de que Hugo Chávez no saldría de aquí (recuérdese que son cortados de la misma tela y con la misma tijera).
Una de las cosas que da risa de AMLO es que pide espacios en los medios nacionales para exponer sus razones pero no quiere que le hagan preguntas que lo incomoden (y vaya que hay muchos que quieren cuestionarle esa situación) y luego se queja de que le ponen un cerco informativo alrededor suyo.
Si hubiera cerco informativo, nadie lo tomaría e cuenta, ni para bien ni para mal, solo lo ignorarían y nada pasaría con él.
A AMLO lo último que le importa es precisamente la defensa de los energéticos, le importa poner a todos de cabeza y trastornar la vida de las personas que votaron y que no votaron por él en el 2006, definitivamente que este personaje se quedó estancando en ese año y difícilmente saldrá de él.
Hasta el momento, AMLO no ha reconocido públicamente su derrota electoral porque sabe que de esa forma el teatro de la “presidencia legítima” se vendría abajo, le conviene mantener esa mentira (que ya se la creyó él mismo) porque significa estar en los medios y tener recursos que los mismos borregos amarillos le dan para mantenerlo.
Por si usted no lo sabe, AMLO prácticamente obliga a los legisladores de su partido a aportar un porcentaje de lo que “ganan” por su “trabajo” en el Congreso, so pena que si no lo hacen se gana su enemistad, y nadie lo quiere de contrincante.
Y ese dinero es dinero público, porque nosotros somos los que mantenemos los sueldos de esos “diputados” que no saben hacer otra cosa que buscar imponer su voluntad, como saben que no tiene n la mayoría prefieren perjudicar a la gente con tal de que se haga lo que ellos quieren, recuerden ustedes la toma de protesta de Calderón el numerito que se aventaron.
Por cierto, que el apoyo que AMLO le ha dado abiertamente a Alejandro Encinas ha desencadenado en violencia hacia el interior del partido y ha provocado molestias entre sus integrantes, y las cosas se pueden poner peor conforme se acerque el 16 de marzo que es cuando se celebrarán las elecciones internas.

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